06.02.2016 16:56
Hoy es el día internacional contra la mutilación genital femenina y no podría pasarlo sin escribir sobre el asunto. Hay tres tipos:
-Una circuncisión en la que se elimina el prepucio del clítoris (clitoridectomía).
-Además de eliminar el prepucio, también los labios menores.
.-La forma más radical consiste en extirpar el prepucio, los labios menores y los mayores. Después se cosen ambos lados de la vulva y se deja simplemente una abertura para la orina y la sangre menstrual. Se conoce como infibulación o circuncisión faraónica.
Esta práctica acarrea las siguientes consecuencias: pérdida de sensibilidad, trauma psicológico, infecciones de orina, hemorragias, complicaciones en el parto, tétanos,... Normalmente se suele practicar entre después de la lactancia y antes de los 15 años. Se calcula que 6.000 niñas son mutiladas CADA DÍA. Lo sufren 140 millones de niñas y mujeres en el mundo, de los cuales 92 millones son de África. Se cree que el origen viene del Antiguo Egipto, y no del Corán.
Además, muchas niñas mueren tras realizarse la operación, ya que en muchos casos mueren desangradas o por una infección, debido a que en la mayoría de los casos se suelen utilizar herramientas como cristales u otros objetos que cortan. En muchos casos, tras la operación, las suelen dejar solas lamentándose durante días enteros. Cada vez lo hacen con una edad más temprana para que de mayores no lo juzguen mal y se traguen la cantinela de que así son más puras.
Me hago una pregunta sobre este asunto, ¿cómo es posible que las madres de las niñas consientan que se les haga eso? Ya que ellas lo han sufrido no entiendo cómo no son capaces de decir no a la comunidad. Al fin y al cabo lo único que trae son problemas. Tampoco comprendo por qué se tiene que ser más pura quitándote todo eso. Es una costumbre muy antigua, y muy dañina para la salud de quién lo padece, que estando en el siglo XXI todavía no se ha erradicado, aunque sí se ha prohibido en muchos países. Me da la sensación de que realmente no se están haciendo verdaderas campañas en los países de origen.
Ojalá se haga algo más que decir palabras bonitas e intentar concienciar sobre el tema un día al año a la opinión pública occidental, haciendo que en una generación se erradique definitivamente esta cuestión.
