24.01.2016 23:06
Esta noche, necesito desahogarme sobre un tema que creía superado, pero que me ha atacado por la espalda y ha atizado fuerte. Por qué lo escribo en el blog, porque mientras me duchaba he sentido que así me dolerá menos, que si lo expresaba no volvería desde el oscuro jardín de mi cabeza.
¿Alguna vez os ha pasado que queríais mucho hacer algo y cuando podíais saborear las mieles, se han vuelto ácidas? A mí sí, se llama Los Juegos del Hambre Sinsajo Parte 2. Los otros largometrajes los he viso con gente a la quería mucho e incluso ahora quiero, gente con la que he compartido risas y dolores. Yo era el único que no la había visto y no por decisión propia. Mi madre sabiendo las ganas que tenía de verla, buscó en internet donde y cuando podíamos ir a verla. El domingo a las 12:00 en Palafox, última sesión; yo todo ilusionadísimo, al llegar a casa le dije a mi madre que las compráramos, pero igual que un castillo de naipes en un día de viento zaragozano, mi alma se desplomó, en el instante en que ella se levantó, yo no pude evitar irme a llorar. Esa saga que descubrí por accidente, estas películas que tanto me había gustado, esas, esas cambiaron. El buen hacer, se volvió resentimiento, la banda sonora, miedo. Todos los sentimientos que me abordaron hace unos meses y que disimulé y me callé como pude (alguno se escapaba de vez en cuando), todos ellos volvieron más fuerte como si se hubieran estado alimentando en el olvido.
Así que tomé una decisión estúpida e inmadura, la misma que tome con 6 años (mi padre me dijo que si me comía unas pocas uvas más, iríamos al monte. Repetía la frase tantas veces que igual me comí 200 uvas y al acabar el plato entero dijo no quedarnos tiempo para ir, prometí no volverlas a comer y lo he cumplido), la decisión ha sido no ver la última entrega de los Juegos del Hambre, así me quedaré con el recuerdo de que yo vi la saga mientras estaba bien.
Sé que hay cosas mucho peores que las que a mí me han pasado, pero muchísimo peores que en comparación lo mío es una caricia, pero duele. ¿No has sentido alguna vez que la vida te ha tomado como su juguete personal? Yo últimamente es lo único que oigo en mi cabeza. Ya va a hacer 2 años desde que si la vida no me da por un lado, me da por el otro, que cuando crees que un brazo va mejorando te amputa el otro.
Sé que hay cosas peores, pero esto también duele.
