El túnel

08.03.2017 18:25

“Existió una persona que podría entenderme. Pero fue, precisamente, la persona que maté.”

Este libro es muy impactante desde el principio ya que es la confesión de un asesino, que te cuenta cómo conoció a su víctima y por qué la mató. A pesar de saber el final de antemano, no resulta un inconveniente para mantener el suspense, la tensión y la presión psicológica en el lector. Esta presión se debe a la complicada forma de pensar que tiene el protagonista, que desprecia a todo el mundo menos a los niños (porque todavía no son adultos).

El protagonista es un pintor, y la mayoría de los críticos no entienden su obra, pero una chica, María, parece comprender un detalle en un cuadro que para Juan Pablo, el protagonista, es muy importante. A partir de ese momento, él comienza a tener una obsesión por ella. La seguirá y la acabará conociendo, iniciando posteriormente una relación muy tensa de amor-odio, en la que él tendrá muchos celos y sospechas, reales o infundadas.

El pensamiento de Juan Pablo te atrapa y te confunde, te ahoga su turbulencia y sobre todo, te agobia su angustia. A través de lo que dice él puedes comprender su personalidad, sus paranoias, sus miedos. Se puede intuir que pudo haber tenido alguna experiencia traumática en la infancia, posiblemente algún abuso, y también en María. En María se puede percibir un carácter más frío y esquivo, a veces da la sensación de que lo evita.

Mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan algunos corredores. Nunca termino de saber por qué hago ciertas cosas.”

Está claro que para tener un equilibrio emocional es un factor fundamental tener una infancia feliz (o al menos no traumática). Por ello, es importante una buena educación tanto en la familia como en la escuela y tratar a los niños con especial delicadeza y cuidado, porque ellos son los adultos del mañana. Digo todo esto porque parece que actualmente hay muchos niños que se están ahogando en el mar, que pasan hambre, que no se les deja cruzar una frontera por ser de cierto país o religión,… y muchos otros problemas que sufren, y que los gobernantes no tratan de impedir.

Este libro de Ernesto Sábato lo recomiendo porque así puedes meterte en la mente de un asesino, comprender sus motivos (que no justificarlos), ver cuál es el grado de desesperación que hay en esa acción. Te muestra que las obsesiones no son buenas en ningún caso, que pueden hacerte tomar un túnel sin salida.