Infancia

14.02.2016 12:32

Las emociones se agolpan al pensar en esa etapa de mi vida, sensaciones contradictorias. Tristeza por un lado, al pensar en lo inocente que era y en los problemas tan absurdos que tenía. Por otro lado alegría, al saber que aquellos años pasaron sin grandes dificultades.

Me acuerdo de las tardes en las que merendaba con mi abuela, que me hacía rosquillas, que me encantaban. También cuando me subía al columpio y competía con algún amigo para ver quién subía más alto. Por aquel entonces no paraba, tenía energía para ir de un lado para otro, no me cansaba. Siento cierta envidia al pensar que no juzgaba a nadie, cómo fuera la persona era irrelevante, lo importante era que pudiéramos jugar juntos. Ahora, cada vez me exigen más responsabilidades, tengo que tomar decisiones importantes.

Si pudiera, volvería al pasado por un día, para poder jugar conmigo misma, sentirme una niña la última vez de mi vida. Iríamos al parque, correríamos, nos esconderíamos, jugaríamos a las cartas,... y más, mucho más. Mi yo de pequeña me preguntaría cosas de ahora, pero yo no le diría nada, para que las cosas no cambiaran. Vería a mi familia más joven, mi abuela no cojearía y mi abuelo no habría ido al hospital dos veces en menos de un año. Cuando tuviera que volver al presente, le diría que aprovechara de todos que quería y que no se preocupara, que de mayor ya tendría cosas serias en que pensar y que no despreciara el tiempo en que aún era niña, que no soñara con ser más mayor, que no es para tanto.

Me he dado cuenta de que siempre deseamos ser lo que no somos. Cuando eres niño quieres ser adolescente porque puedes vivir aventuras y tomar decisiones; cuando eres adolescente quieres ser adulto para que no se te cuestione y puedas tener libertad; cuando eres adulto no quieres tener tanta responsabilidad y menos problemas, así que añoras tu juventud y ya cuando eres mayor, entonces sí que quieres ser joven, sin las limitaciones físicas y sin esa soledad que te rodea. 

Por eso, el tiempo es lo más valioso que tenemos, tenemos que saber aprovecharlo y disfrutar de cómo somos en este momento.